El joven Belkacem es un romántico. En las tierras altas del Sahel, es el único en la aldea afectada por el desempleo y la sequía que cree en las palabras de un derviche agonizante, Bouacha, que asegura que se puede encontrar agua. Antes de morir, Bouacha le confía el secreto del olivo, un árbol misterioso en este desierto de piedras. Gracias a su obstinación, esta agua se descubre, Belkacem se siente marginado. Las autoridades locales realizan obras de irrigación que traen la modernidad al pueblo con el agua. No encontrando ningún lugar en la comunidad y creyendo que ha matado a su rival que se casó con su amada, no tiene más remedio que asumir la identidad del muerto y seguir vagando.